En Misión Nueva Esperanza implementaremos un programa de rehabilitación a través del cual es posible recuperar el bienestar físico de la persona, sus relaciones familiares, laborales y lo más importante; su dignidad y autoestima.
La drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte. La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:
Dependencia física:
El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de abstinencia.
Dependencia psíquica:
Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.
Algunas drogas producen tolerancia, que lleva al drogadicto a consumir mayor cantidad de droga cada vez, puesto que el organismo se adapta al consumo y necesita una mayor cantidad de sustancia para conseguir el mismo efecto.
La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir. La necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios.
Ser adictos a cualquier farmaco puede arruinar una vida y devastar a cualquier miembro de la familia sin distinción de edad, sexo o posición social. Las drogas causan en los individuos que las consumen una rápida dependencia y daños a la estructura cerebral y por ende graves alteraciones de funcionamiento mental y del comportamiento que pudieran llegar a ser permanentes.
El tener una addición a las drogas afecta no sólo a quien la padece sino a quienes los rodean como violencia intrafamiliar, divorcio, pérdida de empleo, fuerte impacto en su economía, pérdida de la libertad, accidentes, graves daños a la salud y enfermedades secundarias que pueden llevar al individuo a la muerte.
Debemos entender que la adicción es una enfermedad compleja y progresiva, que no se detendrá por sí sola, por lo que es urgente buscar ayuda PROFESIONAL ya que ni la familia ni quien la padece están capacitados para resolverla.